La llegada de la Cuaresma es muy esperada para los cofrades y los seguidores de la Semana Santa, pero también para los amantes de la gastronomía. Con el fin del Carnaval, el recetario almeriense se llena de tradición y de sabores sobrios y elegantes con los que se da la anticipa la llegada de la Semana de Pasión.
Una tradición que cuenta con gran arraigo en el destino ‘Costa de Almería’ y es que son muchos los puntos de la provincia en los que esta celebración está reconocida como Fiesta de Interés Cultural y que tiene como acompañamiento, una cuidada gastronomía en la que se abren paso algunos de los platos más esperados del año.
El bacalao es el rey indiscutible de la cocina de Cuaresma, que atesora un variadísimo número de recetas. Bacalao ajoarriero, con tomate, con almendra y gambas, ‘encebollao’, en albóndigas y así un sinfín de posibilidades en las que no faltan en la cocina almeriense su versión en potaje e incluso en tortilla. Todo un placer para el paladar de los turistas que han podido disfrutarla.
Las legumbres suponen otro de los clásicos de la cocina de Cuaresma, con algunos platos estrella como el Potaje con sus distintas variantes. Rica en costumbres, tradiciones y paisajes, la comarca del Almanzora aprovecha esta época del año para elaborar una de sus recetas más típicas, la del Potaje de Semana Santa en el que casi totalidad de sus pueblos utilizan unos 300 gramos de garbanzos, unos tres cuartos de habichuelas, cebolla, tomate, un poco de pimentón, patatas, huevos duros, sobre medio kilo de bacalao en remojo y dos pimientos morrones.
La naranja es otro clásico que no falta a la mesa durante la Cuaresma. Su capacidad para combinarse tanto con dulce como con salado la convierten en la estrella de algunas de las recetas más populares. Algo que saben muy bien en la Comarca del Bajo Andarax, donde pueblos como Gádor y Santa Fé de Mondújar, se han convertido en centro por excelencia del cultivo de la naranja más rica y sabrosa del sur del país.
Una exquisita materia prima que han sabido aplicar a la cocina y abandera gran cantidad de platos entre los que destacan sus dulces. Roscos fritos, buñuelos, borrachillos, torrijas o papajotes son algunos de los dulces típicos que se pueden degustar por toda la geografía de la provincia.
Un carácter único que se muestra en la mesa, con un recetario propio que en estas fechas puede degustarse en cualquier rincón de la provincia y en sus restaurantes y bares. Y es que como no podemos olvidar, que en uno de los atractivos que caracterizan a Almería es su maestría para combinar los productos de la tierra y del mar en formato ‘mini’.