El 28 de enero de 2022, Movistar+ estrenará ‘Todos mienten’, la última ficción de Pau Freixas, creador de ‘Pulseras rojas’ y ‘Sé quién eres’ y que ha tenido un pre-estreno especial en el Festival Internacional de Cine de Almería, FICAL. Una serie que a tenor de lo avanzado esta tarde por el propio director y parte de elenco, Eva Santolaria, Irene Arcos y Lucas Nabor, apunta a ser una de las series españolas con mayor proyección del próximo año. Sus secretos, nunca mejor dicho, una historia con alma de thriller y suspense, pero con humor negro y muchas preguntas hacia fuera, para desentrañar las pasiones y hechos ocultos de sus personajes, como hacia dentro, puesto que traslada la pregunta retórica de si realmente tener todo lo que siempre se ha soñado ‘obliga’ a ser feliz. El Teatro Apolo alberga hoy el preestreno de esta ficción televisiva.
El director, Pau Freixas, Eva Santolaria, Irene Arcos y Lucas Nabor, que forman parte de un elenco coral, preestrenan en Almería los dos primeros capítulos de la serie que llegará a Movistar+ el 28 de enero
La trama es la siguiente: Macarena (Irene Arcos) se acuesta con el hijo (Lucas Nabor) de su mejor amiga y alguien sube el vídeo a internet. Ese día se coloca patas arriba la vida de Belmonte, una apacible urbanización de clase alta donde el grupo de amigos verá resquebrajarse su aparente confianza y tranquilidad. A partir de ahí una frenética cadena de consecuencias hace que todos sus habitantes se enfrenten a sus miserias y secretos más profundos. Y para complicarlo todo aún más, un terrible asesinato. Un misterio que no será sencillo desentrañar porque, preguntes a quien preguntes, todos mienten.
Además de los citados, en el elenco figuran nombres tan destacados como Natalia Verbeke, Leonardo Sbaraglia, Ernesto Alterio, Miren Ibarguren, Juan Diego Botto o Amaia Salamanca.
El director de la serie, Pau Freixas, ha explicado que “quería alejarme del típico thriller del ‘plan maestro’ que podría ser el anterior ‘Sé quién eres’ para hacer que la trama surgiera de los errores y el nerviosismo de los personajes. Por eso al final hay mucho de ese puzle de querer encajar las piezas, pero también drama o humor negro”.
Pero, más allá de la trama, la historia lleva un trasfondo más profundo que lleva a establecer una metáfora existencia sobre la felicidad y el estar conforme con los derroteros que ha tomado la propia vida. Tal y como ha explicado Eva Santolaria “Yolanda, mi personaje, tiene todo lo que ha soñado en la vida. Una familia, unos amigos con los que comparte aficiones en común, un buen estatus de vida… La urbanización es su zona de confort y lo sucedido con su amiga profesora y el alumno, hija de otra amiga, hace que todo se resquebraje. Ella intenta que todo siga igual pero poco a poco se empezará a hacer preguntas y que quizá no ha sido sincera con ella misma. Es un proceso por el que pasarán todos los personajes”.
Irene Arcos da vida a Macarena, la profesora que desencadenará la caída de una primera pieza de dominó que arrasará con todo. “Es un personaje con muchas aristas y contradicciones, pero al final redunda en eso, tiene todo lo que quiere a los 40 años pero ¿es suficiente para ser feliz?, ¿tiene que serlo siempre o se aburrirá?”. Por su parte, Lucas Nabor es Iván en la serie, hijo del personaje de Natalia Verbeke, detalla que “está en una adolescencia en la que combina escalas del color al gris, la dulzura con la violencia, el romanticismo con la destrucción… Es el rebelde de la urbanización porque también tiene una serie de trastornos afectivos que le hace sentir desconfianza con todo lo que le rodea”.
Pau Freixas ha valorado con merecimiento el impresionante elenco de la serie, “ya que eso nos ha permitido jugar mucho con los balances, queríamos jugar con un plus de energía en determinados momentos para alcanzar ese humor negro, pero sin pasarnos, y también grabar muchas escenas sin demasiados cortes en algunos momentos, dando valor a la continuidad, y eso solo te lo puede dar gente con un bagaje profesional como el que tienen ellos”.
Sobre el instaurado debate sobre la convivencia del cine y la televisión, Freixas afirma que “son vasos comunicantes. Al final son dos formas de vivir y emocionarte con una ficción, solo que el gusto es distinto. Puedes disfrutar de un aperitivo y también de una gran comida. Es lo mismo. Al final proyectamos sobre una ficción y se ha vuelto un poco más elástica esa distinción”.