El área de Bienestar Social, Igualdad y Familia de la Diputación de Almería ha organizado la II Jornada para la Prevención de la Violencia Sexual en Jóvenes y Adolescentes, en el marco del programa europeo IRENE, cuya finalidad es servir de puente ante la sociedad -especialmente, ante los grupos de riesgo- para impulsar medidas proactivas que estimulen la prevención y la intervención en una sociedad cada vez más compleja.
La diputada de Igualdad, Elisa Fernández, que ha presidido el acto de inauguración de la jornada, ha precisado que la Diputación ha realizado durante la edición actual del programa IRENE 170 talleres. Estas acciones han alcanzado a una población joven de casi 5.000 estudiantes de entre 13 y 16 años que cursan estudios de 2º, 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). 45 ayuntamientos de la provincia han colaborado con el área de Igualdad en las funciones organizativas de coloquios preventivos en materia de educación. Además, la Diputación ha impulsado dos guías técnicas formativas.
Fernández, quien ha remarcado el alto nivel de estas jornadas, ha reivindicado la idoneidad del programa formativo IRENE. “Desde la Diputación deseamos que esta formación sea de utilidad para los profesionales, asociaciones, entidades sin ánimo de lucro y estudiantes de la Universidad de Almería que han mostrado preocupación e interés por este tema. El objetivo es propiciar una intervención rápida y, al mismo tiempo, eficaz por parte de los colectivos interesados”, ha puntualizado.
Para Vicki Bernadet, presidenta y fundadora de la fundación que lleva
su nombre -con sede en Barcelona-, su caso no es excepcional. Según ha
explicado a los participantes, de los 9 a los 17 años sufrió abusos
sexuales por parte de una persona adulta y, desde los 19 hasta los 32 años, también fue víctima. Fue a los 33 años cuando decidió comunicar su situación e iniciar una larga trayectoria personal y profesional en aras de la prevención y sensibilización de los abusos sexuales a menores.
Bernadet asegura que «los cambios sociales requieren cambios
generacionales. Hasta hace poco, la niña era propiedad de los padres.
El mundo entero no se puso de acuerdo en que los niños tenían derechos hasta 1989, cuando se firmó la Convención de los Derechos del Niño. Si vemos todo este historial nos daremos cuenta de que no es fácil sacar este
estigma», reflexiona.
En su ponencia, Bernadet ha pedido un cambio social que cristalice en un nuevo orden jurídico. «En la fundación hay una lista de espera de adultos de 9 meses. Entran 3 casos diarios», estadísticas que avalan la necesidad de activar medidas tendentes a la prevención, aunque en este punto «existen muchas reticencias», incluso en la comunidad escolar y entre las asociaciones de padres y madres de estudiantes.
Estos antecedentes apuntan en una dirección: la gran dificultad en las labores de detección. «En los estudios que se han hecho, casi siempre con niños tutelados, sólo salen a la luz entre 3 y un 5 por ciento. No me cuadran los números. Hay casos que no salen. El 80 por ciento no se conocerán», ha argumentado Bernadet en una intervención en la que ha puesto de manifiesto que los niños que han sufrido violencia tienen más riesgo de padecer problemas con la drogas, la prostitución o incluso la violencia de género.
Durante la jornada ha intervenido Carolina González Gutiérrez, psicóloga y coordinadora de la Fundación ‘Márgenes y Vínculos’ (Almería), quien ha centrado su exposición en las tipologías,
características y consecuencias de la violencia sexual contra menores y adolescentes.