Las óperas primas suelen ser, en muchos casos, obras de autor que se adentran en diferentes aspectos de la sociedad. Esta edición se ha hablado sobre el duelo, el despertar de la sexualidad, el buylling… y ‘La tierra de Amira’ habla sobre la convivencia entre culturas, en mirar al prójimo para entenderlo. Y lo hace en un ambiente rural y rodada con delicadeza y amor al cine. El productor, César Martínez Herrada, el director Roberto Jiménez, y los protagonistas Mina El Hammani y Manuel Morón, han presentado esta Ópera Prima, acompañados por el director de FICAL, Enrique Iznaola.
El director Roberto Jiménez presenta su Ópera Prima, acompañado por los protagonistas, Mina El Hammani y Manuel Morón, y el productor, César Martínez Herrada
César Martínez explica que “llevamos 35 años trabajando en el cine, y sacar adelante cada proyecto es un desafío, porque solo producimos lo que nos gusta, no pensamos sólo en el aspecto de la taquilla, somos unos románticos del cine. Y ene se caso desde la segunda versión del guión ya pensamos en Mina como protagonista”.
Roberto Jiménez afirma que “la película emociona y Mina y Manuel transmiten la autenticidad de la historia”
Se trata del estreno de Roberto Jiménez en la dirección: “había hecho varios cortos que en total sumaban seis días de rodaje y la verdad que sentí vértigo, pero ahora me ha enganchado y ya quiero rodar otro largometraje”.
Manuel Morón asegura que “yo estoy acostumbrado a leer muchos guiones, pues aparte como actor trabajo con otros compañeros preparándoles con sus personajes. Me aburría de los guiones, incluso algunos muy exitosos. Y este guión me enganchó desde el principio, tenía una calidad en las relaciones fuera de lo común”.
La sinopsis de ‘La tierra de Amina’ es: Justino es un viudo que vive apartado del mundo en una extensa y solitaria finca en la que solo cultiva un pequeño huerto. Amira es una de tantas temporeras ilegales marroquíes que buscan en España un futuro mejor. Una noche que Justino baja al pueblo a vender sus tomates, la atropella accidentalmente. Los daños no son graves, pero ella pierde toda posibilidad de trabajar, por lo que él, obligado por su hermana Araceli, le ofrece su casa hasta que se recupere. Ella acepta por pura necesidad, con el riesgo que conlleva enfrentar dos mundos antagónicos, abismados por la edad, el sexo, la cultura o la religión.
Mina El Hammani explica que “lo que me atrajo cuando hace siete años recibí la primera versión es la preciosa historia que se cuenta entre mi personaje y ‘Justino’. Son dos personas distintas y cuando hay entendimiento y escucha, se produce la conexión”. La actriz ahonda en la simbiosis entre los dos personajes: “fue un proceso bonito de preparación, con muchas preguntas y reflexiones. El personaje de Amira está creado con una sensibilidad especial. Y trabajar con Manuel es increíble, puesto que tiene un nivel creativo espectacular”.
El director ha destacado que “cuando hablamos de cine independiente debemos pensar en un proceso colaborativo, y es importante crear un buen ambiente”. En esta línea, todos han coincidido en la calidad humana durante el rodaje, “ha sido casi artesanal, la película emociona y Mina y Manuel transmiten la autenticidad de la historia”, afirma Roberto Jiménez.
César Martínez concluye reclamando el espacio que se merecen las películas independientes: “uno hace lo que siente y no lo que el mercado reclama. Y eso nos proporciona una libertad que se aprecia en el resultado”.


























