Cada rincón en ‘Costa de Almería’ es único y es cuidado y respetado al máximo, sin embargo hay enclaves especiales que tienen una protección aún mayor debido a su gran valor. Éstos son los seis monumentos naturales que se ubican dentro de la provincia: la Isla de Terreros e Isla Negra, Sabina Albar, el Arrecife Barrera de Posidonia, la Isla de San Andrés, Piedra Lobera y la Cueva de Ambrosio. Desde el Servicio Provincial de Turismo se trabaja a diario para promocionar su conocimiento y hacer que su conservación sea una tarea asumida por todos los almerienses y los visitantes de estos paraísos.

«Esta distinción destaca algunos de los más espectaculares enclaves de la provincia como elementos de singular valor paisajístico e histórico con una protección especial»

La ley define los ‘Monumentos Naturales’ como ‘espacios o elementos de la naturaleza constituidos básicamente por formaciones de notoria singularidad, rareza o belleza, que merecen ser objeto de una protección especial, así como las formaciones geológicas, los yacimientos paleontológicos y demás elementos biogeográficos que reúnan un valor especial por la singularidad o importancia de sus valores científicos, ecoculturales o paisajísticos’. De esta forma, en Andalucía existen 35 monumentos naturales, tesoros ocultos protegidos por las instituciones medioambientales de entre los cuales seis se encuentran en la provincia de Almería.

Mar adentro en Roquetas de Mar está uno de los más extensos, ya que se extiende a través de más de 100 hectáreas de superficie. Se trata del monumento natural Arrecife Barrera de Posidonia, auténtico tesoro submarino. Técnicamente la Posidonia Oceánica es una especie de la familia de las angiospermas, cuya implantación en el medio marino provoca una espectacular biodiversidad, que convierte este tipo de áreas en atractivo extraordinario para los amantes de los fondos marinos.

Ya en la superficie, aunque también unidos al mar, encontramos entre los monumentos naturales almerienses varias islas, como la de San Andrés, en Carboneras, que, en realidad, son dos, la Grande y la Chica, ambas volcánicas; o la Isla de Terreros, con una extensión de 11.150 m2, y la Isla Negra, en Pulpí, que cuentan como otro de estos espacios protegidos.

Dejando a un lado el mar, en tierra firme y en un lugar emblemático y remoto, pero de un valor histórico excepcional, está la Cueva de Ambrosio, yacimiento arqueológico que ya estaba declarado como Bien de Interés Cultural por sus pinturas rupestres, también distinguidas como Patrimonio de la Humanidad. Cerca de allí, en Chirivel, se ubica La Sabina Albar, el habitante más viejo de la comarca y de la provincia, como demuestra su condición de árbol milenario. Piedra Lobera, en Lúcar, es una más en esta ilustre lista: una formación caliza de paredes escarpadas que cierra este grupo de seis monumentos naturales almerienses.

Javier A. García, Vicepresidente de la Diputación de Almería y Diputado de Turismo, ha declarado que “es un orgullo para la provincia de Almería contar con estos monumentos naturales y desde el Servicio Provincial de Turismo tratamos de ponerlos en valor a diario, así como esperamos que se puedan añadir muchos más a la lista en el futuro”.