La Diputación Provincial ha presentado esta mañana el importante proyecto cultural en el que está trabajando el Ayuntamiento de Laujar como es la puesta en valor de la figura de Pedro Murillo Velarde. Jesuita natural del municipio alpujarreño que ejerció como cartógrafo e historiador al que se le atribuye el primer mapa de las Filipinas realizado en 1734.
Una delegación del municipio viajará hasta Manila para participar en el Congreso Internacional sobre Cartografía, Comunicación Intercultural y Globalización basada en los estudios desarrollados por el jesuita laujareño
El diputado de Cultura, Antonio J. Rodríguez, ha explicado el apoyo que prestan al proyecto desde el Instituto de Estudios Almerienses: “Murillo Velarde es una persona muy reconocida fuera de nuestra tierra y gracias a esta iniciativa, lo será también para los almerienses. Su gran legado como cartógrafo e historiador ha permitido conocer mucho sobre Filipinas pero no es la única ocupación que ha tenido ya que tuvo una prolífica carrera que queremos que tenga un lugar de reconocimiento en su pueblo natal”
Asimismo, Rodríguez ha explicado una de las plantas de la Casa Palaciega de Laujar (cuyas obras de rehabilitación se están realizado gracias a los Planes Provinciales) se dedicará a la obra de Murillo Velarde.
Por su parte, la alcaldesa de Laujar ha explicado que la participación en el Congreso de Cartografía e Historia de Filipinas es fundamental para el proyecto que quieren llevar a cabo en el municipio: “Desde el Ayuntamiento de Laujar realizamos una apuesta decidida por impulsar el turismo y la cultura de nuestro municipio. Vamos a poner en marcha la primera Oficina de Turismo y un Centro de Interpretación y estamos inmersos en las obras de rehabilitación de la Casa Palaciega gracias al apoyo de la Diputación. En ella, Murillo Velarde tendrá un espacio en el que los almerienses podrán conocer su vida y su obra entre la que destaca el primer mapa de Filipinas en el que dibujó, una a una, las más de 7.000 islas que conforman el país”.
Además, Almudena Morales, ha anunciado que desde el Ayuntamiento se está tramitando el hermanamiento entre Antípolo y Laujar, dos ciudades en las que Pedro Murillo Velarde vivió y desarrolló parte de su labor.
Por último, desde el Departamento de Historia del IEA, Carlos Villoria, ha puesto de relieve la figura del jesuita laujareño: “Murillo Velarde es un héroe filipino. Fue el personaje más importante del siglo XVIII. Escribió un libro de historia en 10 volúmenes, jurista reconocido, poeta, historiador y cartógrafo que en 1734 dibujó un mapa de Filipinas por encargo del rey que se ha utilizado, incluso en épocas contemporáneas, para dirimir la pertenencia de muchas de sus pequeñas islas”.
BIOGRAFÍA Pedro Murillo Velarde
(Laujar de Andarax, 1696 – Puerto de Santa María, Cádiz, 1753). Religioso, misionero en Filipinas, jurista y geógrafo. Sus estudios los realizó en Murcia, Toledo, en la Universidad de Granada y en la de Salamanca, donde finalizó Derecho. En 1718 ingresó en la Compañía de Jesús, que le envió a Alcalá de Henares a terminar Teología. Tres años más tarde se enroló en una barcada de misioneros hacia Filipinas. Ya en Manila, sus superiores le encargaron de la enseñanza, primero, en Colegio San José de los jesuitas; trabajo que simultaneó con la docencia en la Universidad de Manila, donde impartió Derecho Canónico y Civil, labor que continuó más tarde en el Colegio San José, al ser éste convertido en universidad. Adquirió gran reputación como jurista. Prestigio que continúa hoy en día en que se siguen publicando sus obras de Derecho, la última edición en Méjico en 2004. Fue también poeta, compuso música, fue cartógrafo, historiador, tiene publicadas obras religiosas y catecismos. Su obra magna, Geografía Histórica (Madrid, 1752) constaba de 10 tomos. En Filipinas fue secretario de la provincia jesuítica, calificador del Santo Oficio, vicerrector del noviciado de San Pedro de Macati, visitador de las misiones de Mindanao, rector de la residencia de Antipolo y procurador de su provincia en las curias de Madrid y Roma. Murió el 30-XI-1753, en el Puerto de Santa María, cuando emprendía el regreso a Filipinas.
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