En el corazón de la Sierra de los Filabres, entre su gran arboleda, se encuentra el municipio de Chercos. Su nombre, procedente del vocablo mozárabe Yerku, significa encina, apuntando a la numerosa naturaleza que desde su nacimiento, rodeaba al pueblo.

Chercos se perfila como un destino idóneo para liberar a sus visitantes del estrés diario e invitarlos a descansar en un entorno natural incomparable

Un destino de interior de la provincia en el que tiempo parece haberse detenido para disfrute de sus visitantes, que encuentran en este rincón del Almanzora, la tranquilidad y la paz necesaria para desconectar del estrés de la rutina diaria. Dividiendo Chercos Viejo y Chercos Nuevo se encuentra «La Piedra Labrá» o «Piedra de los Moros» que guarda en su interior la primera huella humana de la historia del pueblo. Se trata de unos grabados rupestres (del segundo milenio a.C.) que representan escenas de la vida cotidiana y el lugar se debió usar como altar para el culto al aire libre.

Por ello, entre las paradas obligatorias que todo turista debe hacer en su visita al municipio se encuentra la antigua arquería que se conoce como Chercos Viejo, uno de los lugares con mayor personalidad del Valle del Almanzora y refugio ideal para pasar unos días disfrutando de su tranquilidad, sosiego y paz. Además, en este entorno se ubica el Mirador de Chercos Viejo, un balcón a la naturaleza del Almanzora desde el que se puede divisar unas imágenes incomparables.

La arquitectura religiosa tiene su máximo exponente en el municipio con la Iglesia Parroquial de Santa María, un templo sencillo cuya construcción comenzó a inicios del siglo XVI pero que ha sufrido varias restauraciones, siendo la última la que se realizó en el siglo XIX. Por su parte, los interesados por la arqueología pueden visitar los yacimientos arqueológicos de ‘El Cerrillo’ y Cerro del Mojón.

Una visita que no puede terminar sin degustar su amplia y rica oferta gastronómica en la que se encuentran platos como los potajes con albóndigas de bacalao, los hornazos, embutidos de todo tipo, migas de harina y pan, el arroz con conejo, la olla, el puchero y las gachas. La nota dulce vendrá de la mano de los ricos y artesanales roscos fritos, los buñuelos y el sabroso bizcocho de dátiles.

El diputado de Turismo, Javier Aureliano García, insiste en “la labor que desde el Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería se realiza para la promoción y difusión de los productos y recursos turísticos que tiene el interior de la provincia”. Asimismo, ha aprovechado esta oportunidad para invitar a los propios almerienses y visitantes potenciales a conocer los enclaves privilegiados del interior de la provincia como éste.