Tras el excelente sabor de boca de la jornada inaugural del viernes, Festival ‘Murmura Alpujarra’ tenía el sábado, 17 de mayo, la sesión principal de su quinta edición. Una maratoniana jornada que, como es habitual y diferencial en este consolidado evento de la primavera en el corazón de la provincia, contó con lo mejor de los productos de la tierra, en un marco natural y patrimonial de excepción y con una oferta musical donde prima la calidad y la personalidad. Todo ello de la mano de la Diputación Provincial y Crash Music, con el patrocinio de Sabores de Almería, Costa de Almería, Estrella de Levante, Luxeapers, Cupra y Caparrós.

Diputación Provincial y Crash Music celebraron con éxito el segundo de los tres días de un evento que marca la línea en los festivales ‘gourmet’ con conciertos, gastronomía, patrimonio y naturaleza

Las actividades comenzaron a las doce del mediodía en tres sedes simultáneas. En la Bodega Cepa Bosquet de Fuente Victoria se abría paso el concierto de La Habitación Roja. Siempre emocionantes y con una trayectoria musical intachable y honesta, la curtida banda que llegaba con su decimocuarto trabajo de estudio en treinta años. Su intachable trayectoria se ha mantenido impertérrita a los vaivenes en las modas o tendencias del sonido. Un vino gran reserva, sin duda.

 

En La Bodega Pura Vida la música la puso Guiu Cortés. En una faceta más personal que la de con su banda El Niño de la Hipoteca, conquistó a los presentes con su colección de canciones cálidas, más emotivas y vívidas, sin dejar nunca de la dado su particular y fina capa de humor. El gran ambiente cordial hizo que se improvisara un dueto con su pareja, Sandra Bautista, que después compartió una canción en solitario por petición popular, como luego repetiría con su actuación en el Parque Medioambiental de Rágol por la tarde. En Rágol también se realizó una demostración de la artesanía del esparto y un almuerzo popular con degustación de platos típicos en el salón cultural de la localidad.

Recinto principal en Laujar de Andarax

 

La explanada del salón de actos Pedro Murillo abría sus puertas a las 13.30 horas a más de 14 horas de música. Desde primera hora muy concurrido el público pudo degustar platos típicos de la zona como arroz, migas, trigo y plato alpujarreño, entre otros muchos, con pinchos de ‘La Roja’, la sandía de Caparrós. 

 

El gran plato del día era Rosario Flores. Una cita muy especial para el público y también para la artista, puesto que era el primer concierto con medidas accesibles de toda su carrera, como quiso destacar de nuevo, gracias al proyecto Cap-Fest de la Fundación Music For All y Crash Music. Había además dos tótems donde se mostraba el proyecto e información con los puntos turísticos de la Alpujarra Almeriense accesibles, además de todas las medidas de accesibilidad del concierto: mochilas vibratorias, zona PMR, concierto interpretado en lenguaje de signos.

 

Rosario ejerció de cabeza de cartel con un concierto con la energía que se le conoce de toda su carrera. Abrió con la inolvidable ‘Mi gato’, que fusionó en su parte final con el ‘Como me la maravillaría yo’ en lo que fue la primera referencia y homenaje a su madre, Lola Flores. La actuación de Rosario bordó los terrenos del rock, a veces desde matices cálidos, otros más ‘negros’ (‘De ley’, ‘Al son del tambor’) y con un manejo absoluto de los medios tiempos como ‘Sabor, sabor’, ‘Qué bonito’ o ‘Cómo quieres que te quiera’. El final, por todo lo alto, con raigambre familiar con ese ‘Muchas flores’ o la mención en los bises del ‘No dudaría’ escrito por Antonio Flores. Magnífico. 

 

El escenario principal ‘Estrella de Levante’ fue el encargado de recibir la primera actuación y lo hizo a lo grande, con la energía desbocada y bailona de Muchachito Bombo Infierno y esa mezcla de sonidos rumberos pasados por el filtro del blues, el rhythm and blues y otras músicas de raíz. Claro, si se empieza con himnos como ‘Será mejor’ o la versión de ‘La quiero a morir’, todo va ganado de salida. Como sorpresa, un dueto con La Perra Blanco, que actuaría más tarde en ese mismo escenario, con ‘Los besos que tomé’. Calentando el ambiente, el broche de oro llegaría ‘Al estilo Tarantino’ y con ‘Siempre que quiera’, más conocida por su grito de guerra de “¡ojalá no te hubiera conocido nunca!”.

 

Quien hizo los honores de desprecintar el escenario ‘Lagar Luxeapers’ fue el almeriense JJ Fuentes. El roquetero lleva más de dos años trascendiendo la escena local para convertirse en uno de los autores emergentes del rock más sólido. Su disco ‘El Heredero’, con una quincena de colaboraciones estelares saldrá el próximo mes de junio, y en Murmura dejó sentir su crecimiento sonoro y escénico con temas tan deliciosos como ‘El perro del Hortelano’, ‘Tu miedo’, ‘Hija de la Alpujarra’ –muy apropiada para el lugar-, o ‘Ave Fénix’, con la que cerró.

 

Había ganas de ver a La Perra Blanco, la sensación de rock and roll más clásico de corte rockabilly y, haciendo honor al nombre, ‘salió a morder’ desde el segundo uno con ‘Get it out’ –canción que titula su último disco-, como ‘Came back home’, ‘Why don’t you love me’ o las finales ‘Rock me baby’ y ‘Nothing is worst’. Un concierto trepidante que tuvo como resultado una ovación unánime. 

 

Más firmas de autor

 

Aunque todos los artistas de ‘Murmura Alpujarra’ destacan por ser autores con una personalidad muy marcada, el siguiente tramo del festival estuvo marcado por un especial carácter de autor. En el escenario principal, Carlos Ares y Xoel López lo demostraron con creces.

 

Tras varios años realizando incursiones de ida y vuelta entre el urbano más sofisticado, como al R&B, el pop o el folk, cristalizado en 2023 con ‘Peregrino’, su álbum debut, Carlos Ares llegaba a Laujar con nuevo disco bajo el brazo, ‘La boca del lobo’. Un álbum más ‘de banda’, como demostró en un directo mucho más empacado, con efluvios y recuerdos a cosas de REM o Pink Floyd, que se añaden a ese toque folk del gallego. ‘Días de perros’, ‘Lenguas calvas’, ‘Autóctono’, ‘Un beso del sol’ o ‘Importante’ fueron las nuevas muestras en combinación con las esperadas ‘Rocíos’ o ‘Peregrino’ del primer álbum.

 

Por su parte, Xoel López ejerció majestuoso como la gran figura de culto en la que se ha convertido gracias a la solidez de sus textos y la evolución musical mostrada a lo largo de su carrera, como concedió con la interpretación de ‘Que no’ de los tiempos de Deluxe. Antes ya había ganado al público con su ‘Albatros’ de ‘Salitre y humo’, con ‘Páxaro do demo’, su viaje a ‘Buenos Aires’ o la epistolar ‘Joana’. En una actuación que quedará para el recuerdo de Murmura Alpujarra’, el gallego cerraría con ‘Mágica y Eterna’ con el fervor generalizado. 

 

En el segundo escenario, la cantautora malagueña Ángela González demostró ese encanto que le ha valido ser referenciada ya por grandes figuras de la escena musical, con unos textos honestos –‘Verte de verdad’, ‘La canción más verdadera’, ‘No, no y no’, sin olvidar su conocida ‘La primavera’, de lo más apropiada para la ocasión. El relevo en las tablas lo recogió Joseluis, nombre artístico que define su personalidad ya que, como dicen de él, “su vida es inseparable de sus canciones, en las que escribe como habla, toca como puede y canto como sabe”. Y sabe bien, como dejó claro en ‘Navajas de Albacete’, ‘Estilista’ o ‘Fortuna’. 

 

Más calor para cerrar

 

La energía deslenguada y letras enajenadas, con ritmo y machetes, como ellos se autodefinen, Los Bengala fueron el grupo encargado de cerrar el escenario principal. Los zaragozanos van dando paso a una supuesta madurez que, sin embargo, no les rebaja la furia de su rock garajero. ‘Ya sale el sol’ y ‘Ataca’ abrieron la veda de una colección de alta graduación en la que no faltó ‘Yo grito’, ‘No me voy a vengar’, ‘El guateque’ o ‘Ardor’. ‘TDA’ y ‘Jodidamente loco’ alumbraron la ronda final de contundente estruendo y desbarre.

 

En el escenario segundo el colofón llegaría con King Sapo y Sesión Tahá. Los primeros con su rock and roll de corte clásico en el más amplio sentido de la expresión –desde los setenta a los noventa- para que no se pierdan los patrones básicos del género mientras que los segundos ofrecieron una colección de grandes temas en formato ‘non stop’ con una vibrante sesión entre platos. 

 

Domingo, tercer día

 

El domingo, 18 de mayo, es un día con un marcado carácter familiar y multidisciplinar, con cuatro propuestas a las 12.00 del mediodía en cuatro sedes distintas, todas ellas de entrada libre. En el Lavadero de Alboloduy habrá degustación de vinos y cervezas de la zona con demostración de trova y murmullos poéticos. La plaza de la iglesia de Beires contará con una cuentacuentos de tradición oral de mano de Paula Mandarina. La ermita de San Sebastián y San Ildefonso de Alcolea contará con una performance de ‘habla la tinta’ a cargo de Álvaro Piédelobo. Y Paterna del Río recibirá el cuentacuentos musical ‘Tanaka y la isla de las páginas en  blanco’. 

 

Todavía quedará más música con la propuesta delicatesen de Martirio y Chano Domínguez, con su estilosa y elegante mezcla de copla y jazz al piano en la Bodega Barea Granados de Padules (entrada a la venta a la web) a las 13.00 horas, mientras que la última propuesta será en la Plaza de la Iglesia de Rágol con una Batukada Inclusiva de entrada libre a las 16.00 horas.

 

De este modo, Festival Murmura vuelve a ofrecer esta primavera una experiencia única para todos los asistentes a este evento gourmet donde disfrutar de eventos poco masificados en el mejor entorno, con los mejores sabores y con la mejor y más creativa banda sonora.