El Museo de la Guitarra de Almería ha acogido las III Jornadas de Actualidad Científica que este año se han centrado en el impacto del cambio climático en el Parque Natural Marítimo Terrestre Cabo de Gata-Níjar. Organizadas por el Instituto de Estudios Almerienses, la actividad ha estado coordinada por Juan José Moreno Balcázar, miembro del IEA, y contó con la participación del director del IEA, Francisco Alonso.

Las Jornadas contaron con tres ponentes: Alfonso Viciana Martínez-Lage, profesor tutor de la UNED y miembro del IEA, que ofreció la ponencia El litoral del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar y el cambio climático: perspectivas y previsiones de futuro; Hermelindo Castro Nogueira, expresidente de la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y profesor titular del Área de Ecología del Departamento de Biología y Geología de la Universidad de Almería con la ponencia Cambio global y sostenibilidad en el Parque Natural marítimo terrestre de Cabo de Gata-Níjar y Fuensanta Alcalá Guerrero, miembro de la organización Grupo Ecologista Mediterráneo de Almería que habló sobre Los retos ante el cambio climático en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.

Francisco Alonso recordó las dos jornadas anteriores tituladas Ciencia y tecnología, agricultura y turismo sostenible y La investigación en medicina. Alonso subrayó que la situación que actualmente estamos viviendo relativas a las condiciones climáticas, que en determinados foros se cita como emergencia climática, nos ha llevado a dedicar esta jornada a cómo el cambio climático está afectando al Parque Natural Cabo Gata-Níjar, uno de los emblemas ecosistémicos de nuestra provincia.

Alfonso Viciana en su ponencia subrayó que para un ciudadano de a pie el cambio climático es una sensación perceptible pero no cuantificable. Para ello está la comunidad científica que se afana en los últimos años en valorar las transformaciones que se están produciendo a escala global. No hay duda que el clima está sufriendo variaciones debido al aumento de la temperatura, hecho que en la Historia Natural ha ocurrido en otras épocas. Lo que sorprende a los científicos es la velocidad de estos cambios en las últimas décadas y las implicaciones que pueden conllevar.

Centrándose al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, Viciana analizó tres variables como son la temperatura ambiente, la temperatura del mar Mediterráneo y el ascenso medio del nivel del mar. Con respecto al aumento de la temperatura media del Mar Mediterráneo, subrayaba que el clima en la cuenca Mediterránea está cambiando a un ritmo mayor que en el resto de las regiones del mundo. La temperatura media ambiente y la temperatura del propio mar Mediterráneo es en la actualidad 1,5ºC más alta que en la época preindustrial.

A lo largo de su exposición, Viciana habló de las consecuencias del aumento de temperatura del mar que provoca la alteración de uno de los ecosistemas más emblemáticos del Parque Natural. Me refiero a las praderas de Posidonia oceánica. Se trata de una planta marina endémica del mar Mediterráneo de alto valor ecológico y unas cualidades excepcionales. El principal factor de riesgo para la Posidonia es el aumento de la temperatura superficial del agua del mar como consecuencia del calentamiento global. Esta planta es muy sensible a los incrementos de temperatura.

También se refirió al aumento de las temperaturas medias anuales y la reducción de precipitaciones. Los científicos hablan ya de un desplazamiento del verano con prolongación en las primeras semanas del otoño y también de una anticipación a las semanas finales de la primavera. Esto es lo que percibe el ciudadano de a pie: un verano que se adelanta, se prolonga y es cada vez más intenso y tórrido. El aumento de días cálidos en cualquier estación del año también muestra un incremento progresivo al igual que la duración máxima de las olas de calor. Muy significativo es el aumento de las noches cálidas en relación al estrés por calor persistente.

Está claro que desde el punto de vista ambiental, el aumento de la temperatura media está alterando ya y va a alterar en el futuro todos los ecosistemas marinos y terrestres que se han generado de acuerdo a unas determinadas variables y condiciones climáticas en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar. Desde el punto de vista económico y social las consecuencias del aumento de temperatura va a condicionar el desarrollo de un sector productivo clave para el parque como es el turismo, dijo Viciana.

Y con respecto al aumento del nivel del mar, Viciana apuntó que si nos fijamos en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, gran parte de sus playas más representativas, como son las calas de la Media Luna, Mónsul, Barronal, Genoveses, San José, Peñón Blanco, Rodalquilar, San Pedro, Cala de Enmedio, Aguamarga o el Algarrobico están formadas por arenas muy finas, de lo que cabe deducir un importante retroceso en las próximas décadas. La erosión de las playas e incluso su perdida completa será la consecuencia más evidente y lamentable de este aumento del nivel medio del mar.

Por su parte, Hermelindo Castro explicó el concepto de cambio climático como proceso de calentamiento progresivo de la atmósfera del planeta debido a la generación de gases de efecto invernadero especialmente a partir de la revolución industrial. Después dijo que el cambio global es la capacidad que tiene el ser humano del siglo XXI de alterar el metabolismo del planeta y modificar los grandes equilibrios atmosféricos y oceánicos. El cambio climático es un capítulo dentro del concepto mas amplio de cambio global.

Castro comentó alguno de los paisajes más representativos del Cabo de Gata y su clima semiárido y el paisaje cultural que ha generado la escasez de agua para luego describir algunas de las especies terrestres y marinas que están amenazadas en el parque por el cambio climático o por el cambio global. Entre ellas se refirió al azufaifar de Torre García, a los endemismos botánicos exclusivos del parque tales como el antirhinum charidemi, a las especies marinas Pinna nobilis (nacra) y Patella ferruginea (lapa ferruginea) y al coral naranja (Astroydes calicularis) y al ave esteparia Chersophilus duponti (alondra ricotí).

Hermelindo Castro también describió algunas especies invasoras tales como el ave paseriforme camachuelo trompetero (Rodopechys githagineus), el alga Caulerpa racemosa , los agaves y sisales (Agave sp.) y la cotorra argentina (Myiopsitta monachus). Finalmente comentó cuales son las especies marinas cuya presencia en el parque constituyen garantía de buena salud ambiental de la franja marina. Entre ellas describió en primer lugar a las praderas de Posidonia, a los arrecifes de vermétidos (Dendropoma petreum) y a la cigarra de mar (Scyllarides latus).

El turismo activo necesita completar su control y regulación y como reto es necesario conseguir una movilidad sostenible en el parque acoplando la cabida de las playas y la de los aparcamientos vinculados a cada una de ellas especialmente durante la temporada alta, concluyó Castro.

Finalmente, Fuensanta Alcalá explicó que tanto los valores naturales del Parque como los sectores económicos sobre los que pivota se verán amenazados. Sería deseable que en esta transición no olvidemos que Cabo de Gata debe mantener sus valores naturales para no perder la conexión con la naturaleza. La subida del nivel del mar quizá acabe con las Salinas y varias de las calas más emblemáticas. Igualmente, muchas propiedades e infraestructuras quedarán anegadas o destruidas por los temporales. Es urgente cesar de construir en la costa y mucho menos dentro de la actual demarcación de la zona marítimo-terrestre.

La tropicalización del ambiente puede afectar a la distribución de la flora autóctona y por ende, a los hábitats de la fauna terrestre. Puede que las aves esteparias sean las que mejores se adapten a estos cambios. Esta subida de temperatura y humedad alejará al turismo, al mismo tiempo que el norte de Europa aprovechará las buenas temperaturas para disfrutar de sus propias playas. Es probable que aumente el turismo activo y de cruceros y que deberá regularse para mantener el delicado equilibrio del Parque, sostuvo en su ponencia, Fuensanta Alcalá.

La horticultura de invernadero es probable que disminuya por la pérdida de mercados del norte de Europa al perder la baza de producir durante el invierno. La escasez de agua se agudizará por los alargamientos de los periodos de sequía. Este hecho será determinante para esta transición. La opción de cultivos subtropicales con grandes consumos de agua puede no ser rentable. La plantación de especies forestales y sin grandes necesidades de agua (azofaifos y artos) sería una opción a estudiar apuntó la integrante del GEM.

Fuensanta Alcalá también subrayo que la subida de temperatura y acidificación del agua de mar modificará los fondos marinos y las especies capturables. Es posible que surja pesca furtiva de especies escasas y los pescadores mermarán sus capturas. Si hay sobrepesca pueden que haya superpoblaciones de especies no deseables. Quizá tengamos que cambiar nuestra dieta hacia el consumo de algas y medusas como hacen los asiáticos.

Finalmente, concluyó matizando que las presiones sobre el Parque continuarán. Los cambios de uso de suelo y las acciones contaminantes en el mar se agudizarán. No es descabellado pensar que nuestras acciones podrán hacer más daño que el propio cambio climático. Por lo tanto, hoy más que nunca tenemos que empezar a consumir menos y mejor, exigiendo productos reciclables o reutilizables, no dejar que la tecnología nos aleje de la naturaleza sino convertirla en una aliada para su conservación y pensar que la teoría del decrecimiento y la desaceleración de la economía no es de pobres, o de volver a las cavernas, sino un signo de inteligencia en este contexto de cambio.