El presidente de la Institución Provincial, Javier A. García, y los diputados de Presidencia, Fernando Giménez, y Fomento, Óscar Liria, han visitado las obras de ejecución de la segunda fase para la puesta en valor del único edificio civil del siglo XVI que se mantiene en pie en la ciudad. La Diputación de Almería afronta así la recuperación de las fachadas y de los elementos originales del interior del edificio que albergará el Museo del Realismo Español Contemporáneo como eje revitalizador del Casco Histórico y del panorama cultural de la ciudad de Almería.
El presidente, Javier A. García, visita la segunda fase de las obras de rehabilitación del único edificio civil del siglo XVI que se mantiene en pie en la ciudad
La actuación cuenta con 5 millones de euros de inversión y estará culminada durante el año 2021
En la actualidad se está ejecutando la segunda fase, que cuenta con 5 millones de euros de presupuesto financiados por la Diputación Provincial con el apoyo de la subvención del 1,5% Cultural del Gobierno de España, para la mejora de las fachadas y las salas interiores del edificio.
Durante el recorrido por el edificio han comprobado el estado de ejecución de las obras que permitirán, entre otras acciones, recuperar los antiguos jardines y huertas de las que dispuso durante casi 400 años el Hospital, y que servían de recreo a los enfermos y ancianos que residían en el Hospicio.
Javier A. García ha resaltado la importancia de un proyecto que trasciende de la capital: “Hoy estamos visitando una de las obras más importantes para la provincia, el equipo de Gobierno y toda la Corporación: la puesta en valor del único edificio del S XVI civil en pie en la capital y que es patrimonio en la provincia de Almería”, ha explicado.
Del mismo modo, ha revelado que este edificio “se va a destinar netamente a la cultura” con la puesta en marcha del primer museo de realismo español que habrá en todo el país, de la mano del gran maestro Antonio López. “Este edificio va a ser un referente cultural a nivel nacional e internacional. Estamos muy contentos y satisfechos por el ritmo de las obras y porque se va a recuperar un edificio en pleno centro de la ciudad que le va a dar más valor al casco histórico y que va a estar a disposición de todos los almerienses y visitantes”.
Devolver al edificio su imagen original
Las obras de la II Fase del Hospital Provincial se reanudaron el pasado mes de julio. Tras una primera intervención en la que se recuperaron las cubiertas históricas del edificio y se desmontaron todos los tabiques y techos acumulados a lo largo de los siglos, ahora se está rehabilitando el interior del edificio, así como sus fachadas, para que finalmente sea puesto en uso en el año 2021.
Tras la instalación de un gran andamio que abarca la extensión de la manzana, ya se está interviniendo en las fachadas para eliminar todos los revestimientos y las transformaciones que se han añadido y acumulado sobre ellas a lo largo de los siglos, a fin de devolver la imagen original que tuvieron, respetando en cada una de ellas la identidad que es propia de su época.
De forma paralela a las obras en el exterior y en las fachadas, se están desarrollando importantes trabajos de rehabilitación en el patio central donde ya se han instalado andamios en todas las fachadas interiores.
El arquitecto, Alfredo Garrido, ha resaltado hallazgos como lienzos de fachada de sillería de piedra procedente de las canteras de San Roque, en La Chanca, paños de fachada construidos con tapial (tierra prensada), y fachadas de mampostería levantadas con cantos rodados procedentes seguramente de la cercana Rambla de Gormán (actual calle De la Reina).
En la fachada más antigua del edificio, situada frente a la Catedral y que pertenece al Hospital Real de Santa María Magdalena del siglo XVI, se va a restaurar también la portada neoclásica de piedra, que fue añadida en el siglo XVIII en torno a la puerta principal del inmueble. Esta portada está rematada por un arco curvo, donde también se va a recuperar la corona que fue destrozada durante la convulsión política del año 1868.
El elemento más sobresaliente del edificio, su artesonado mudéjar de madera de pino, está siendo sometido actualmente a un tratamiento de limpieza y puesta en valor, ya que ha estado oculto por falsos techos de cañizo y escayola durante varios siglos.