La llegada del verano viene, en el litoral almeriense, de la mano de una tradición vistosa, alegre y de gran tradición.

La llegada del verano se celebra en la provincia con una noche en la que el agua y el fuego son los grandes protagonistas y que se consolidado como uno de los grandes reclamos turísticos que inauguran la temporada estival en Almería

El pistoletazo de salida a la temporada estival engalana las playas con color, música, fuego y alegría en una de las citas que reúne tanto a los almerienses como a turistas y visitantes a la orilla del mar. Celebrar la llegada del solsticio de verano, llena la costa de hogueras que pintan una línea naranja que recorre la provincia de norte a sur. No sólo en la orilla del mar, sino que también en el interior, la provincia se prepara para cumplir con la tradición y recibir al verano en contacto con el agua.

Desde Levante a Poniente, con la caída del sol, las playas comienzan a poblarse de gente que quieren aguantar hasta la medianoche, el momento en que la magia del mar llama a los presentes para que se laven la cara y lancen los malos deseos bien lejos y el encanto de los conjuros les traiga un año repleto de suerte.

La provincia cuenta, aproximadamente, con 217 kilómetros de costa, que en esta mágica noche dibuja una sola línea de fuego salpicada por la alegría, tradición y celebraciones más populares. Entre otras, es tradicional la sardinada, verbenas y puestos ambulantes en los que la artesanía y el buen hacer de los vendedores convierten los Paseos Marítimos en espacios donde se comercia con la magia, el misterio y la ilusión.

En Roquetas de Mar, por poner un ejemplo, los vecinos cuentan con una doble celebración ya que la ‘Noche de San Juan’ coincide con la famosa Romería que traslada al Santo desde la barriada de las 200 Viviendas hasta la playa, donde se procede con especial solemnidad, marcada con tintes festivos, al lavado de cara.

En la capital, Almería cuenta con importantes puntos de encuentro como son la playa de El Zapillo, San Miguel de Cabo de Gata, Retamar o El Toyo. En todos estos lugares son muchos los almerienses y visitantes que deciden disfrutar, conjuntamente con sus amigos o familiares, de la noche más corta del año cumpliendo con todas y cada una de sus tradiciones.

Adra, que cuenta con una fuerte y arraigada tradición marinera, tampoco quiere dejar de lado la oportunidad, y San Nicolás se convierte en un punto neurálgico en el que los mercadillos y la decoración típica de la noche se hacen uno, para dotar de magia a los presentes.

De poniente al levante, ‘Costa de Almería’ respira una gran devoción por el mar y la luna llena sanjuanera. En la playa de El Palmeral, situada en la localidad de Mojácar, como una de las más numerosas, en la que tienen lugar múltiples actividades protagonizadas, en todo momento, por los mismos residentes o los que se desplazan desde diversos puntos de la provincia, atraídos por el potencial turístico de esta localidad.

Garrucha, Pulpí, Carboneras, presentan anualmente unos intensos carteles de actividades que consiguen una altísima afluencia poblacional. Pero no hay que centrar esta noche de San Juan únicamente en la costa, sino que los municipios de interior tienen también un gran protagonismo, como es el caso de Nacimiento que suele contar con la instalación de una piscina portátil o lugares en los que la oscuridad de la noche convierte el solsticio en un momento adecuado para contemplar un cielo estrellado, coronado por una enorme luna llena.