El poder de la piedra… El poder del rock. Tras el concierto excepcional de David Bisbal, con la participación de Juan de Dios Mateos y la presentación del manifiesto a favor de la candidatura a ser declaradas patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco, las canteras de Macael recibieron anoche el segundo asalto de la primera edición de Marble Music Fest con el rock and roll genuino de la estrella más firme del género en España durante las últimas cuatro décadas, Loquillo, y el árido y contundente estilo de la banda hispano argentina Ciclonautas.

El festival que ha nacido para impulsar la candidatura a patrimonio inmaterial de la Humanidad de las canteras de Macael cerró anoche su primera edición con un concierto de altura

Un escenario perfecto para disfrutar de una noche de estilo y actitud, como atesoran ambas bandas en el cierre de este festival que, nacido en torno a la candidatura, busca tener vocación de continuidad, tal y como han venido señalando Diputación Provincial, Ayuntamiento de Macael, Cosentino y Crash Music.

Abrió la contienda de adrenalina el trío formado por Mai Medina a la voz y la guitarra, Javier Txo al bajo y Alén Ayerdi, conocido por ser el baterista de Marea. Hablar de Ciclonautas es hacerlo de una banda que se mueve como pez en el agua y como lagarto en el desierto. Territorios áridos en la voz y las seis cuerdas, sustentados por una batería ágil, capaz de desarrollar múltiples matices melódicos más allá de la mera faceta percutora y un bajo discreto pero de líneas imposibles y enriquecedoras para el conjunto.

Con esos mimbres, no es de extrañar que con apenas tres discos se hayan convertido ya en una de esas bandas ‘de culto’, de reconocida calidad sin que hayan querido vender su integridad al inmediatismo fácil. Andan presentando las canciones de su último disco, ‘Camping del Hastío’, que protagonizó casi todo el repertorio. Desde ‘El Sol’, con la que abrieron, hasta ‘Abrazado a un Misil’, ‘Deseo’, ‘Bombo Sicario’…De hecho, hasta diez de sus once canciones resonaron con empaque y autenticidad, con los ‘Agua Va’, ‘Eterno Aprendiz’, la feroz ‘Dele Al Play’, ‘El Ombligo’ o la estilosa ‘El Souvenir’, con destellos de glam.

Llegando al final, ‘Matando Al Suicida’ fue el último tema actual antes de regalar al público asistente y cada vez más metido en el concierto los respectivos singles de sus dos discos anteriores, ‘Bienvenidos Los Muertos’ y ‘¿Qué Tal?’. Broche perfecto para una actuación de las que se puede extraer tutoriales de buena ejecución.

Loquillo, el carisma

Dice una de las canciones de Loquillo aquello de ‘qué difícil es ser humilde cuando uno es tan grande”. Y es que, se quiera o no, Loquillo representa la actitud más tempestuosa del rock, la que destila carisma y estrellato porque quien se sube al escenario a defender los temas, su banda y su forma de hacer las cosas se cree al cien por cien su propuesta y filosofía. Así lo canta precisamente en ‘Los Buscadores’, la canción con la que abrió un intenso concierto en Marble Music Fest que fue, ante todo, un regalo para sus seguidores porque fue un recorrido casi perfecto y equilibrado por toda su discografía.

Loquillo, escoltado siempre por si tridente de guitarras Igor Paskual, Josu García y Mario Cobo, mostró galones de ‘El Último Clásicos’, paseó por sus ‘Territorios Libres’, volvió a invocar al ‘Sol’ del ‘Planeta Rock’, antes de brindar con el canónico ‘Salud y Rock and Roll’.

Una escalada que nunca parece tener fin con el armazón rítmico de Laurent Castagnet y Alfonso Alcalá en batería y bajo, que demostraron la misma versatilidad que el resto del combo cuando, tras recordar aquel tema que cantaban junto al eterno Johnny Hallyday, ‘Cruzando El Paraíso’, viraron la ruta del buque hacia terrenos más country con ‘Creo En Mí’, ‘El Hombre de Negro’, versión de Johnny Cash, o el mítico ‘El Rompeolas’, que elevó la cantidad de gargantas coreando el estribillo: “no hables de futuro, es una ilusión…”.

Más madera, esta vez más estilosa y sedosa con ‘La Ciudad de las Mujeres’, ‘Carne Para Linda’ y la revitalizante revisión de ‘El Rey del Glam’, que acercaron a la escala final con ‘Rock And Roll Actitud’, vigente declaración de intenciones, la añeja ‘La Mafia del Baile’, ‘La Vampiresa del Raval’ o las siempre evocadoras de décadas pasadas ‘Chanel, Cocaína y Dom Perignon’ y ‘La Mataré’, una de las primeras canciones que puso el foco en la violencia machista, bajo la firma del gran Sabino Méndez.

En una catarsis colectiva en la agradable noche en mitad del porte señorial de las canteras de Macael, quedaban todavía las tres últimas cometas en forma de canciones que son leyenda del rock en España, ‘El Ritmo del Garaje’ y, para los bises, ‘Feo, Fuerte y Formal’, tomado del epitafio de John Wayne, y la balada desgañitada de ‘Cadillac Solitario’.

Un brillante cierre para un Marble Music Fest que no pudo tener mejor estreno en su doble cita.