Entre los primeros nombres que recibió esta villa, destacan los de origen hispano-romano que la denominaban Lucainena de las Siete Torres.

Espectacular pueblo de estampa blanca e inmaculada amenizada por los colores vivos de las flores y de la decoración de sus calles y fachadas, este municipio ha sabido combinar un ambiente calmado con una oferta natural sobresaliente que garantizan al turista, una estancia única

Este apellido, ‘de las Torres’, se debe a que durante la edad media, el municipio estaba rodeado por una muralla con seis torres que guardaban a una principal en la que se refugiaban los habitantes en los asedios. De ahí su nombre y su importancia estratégica-defensiva como paso de la sierra desde las regiones de la costa hacia el interior.

Ubicada en el corazón de Sierra Alhamilla, pocos lugares ofrecen una oferta de turismo rural tan completa como este municipio que combina un ambiente tranquilo con una belleza natural exultante que permite descubrirla para posteriormente, perderse en ella. Unas características que lo han llevado a ser reconocido como uno de los ‘Pueblos más bonitos de España’, reconocimiento que en nuestra provincia sólo ostentan Mojácar y Lucainena.

Paseando por el interior de la villa, el turista puede visitar la Iglesia Parroquial construida en honor a la Virgen de la Montesión, de estilo neoclásico y en cuya puerta principal se encuentra un hermoso mirador denominado ‘El Poyo de la Cruz’, desde el que puede admirar una bella panorámica del pueblo y del antiguo molinillo.
 
Sin abandonar el núcleo urbano, es recomendable visitar el Ayuntamiento, la Fuente, ubicada junto al antiguo hospital, y el Lavadero, utilizado antiguamente para lavar la ropa y en el que aún hoy goza de una exquisita y fresca agua de sierra llegada del nacimiento del Peñón.  

Entre su patrimonio arquitectónico destaca también el ‘Molino de Viento’. Antigua Torre Vigía, de las siete que existieron en la zona, localizada en la cima de la roca más elevada de la colina del pueblo, desde donde se podía defender el municipio. Posteriormente fue recuperada y usada como molino de viento de tipo Mediterráneo.

Pero sin duda, uno de los vestigios monumentales más importantes del municipio son los Hornos de Calcinación, fiel reflejo del pasado minero de Lucainena de las Torres del que se extraía mineral que se trataba en estos hornos para su posterior transporte vía ferrocarril, hoy convertido en Vía Verde, hasta el puerto de Aguamarga.

Precisamente es la naturaleza, la que juega un papel muy importante en la oferta turística de este municipio. La Vía Verde de Lucainena de las Torres es una ruta situada a las faldas del municipio que sigue parte de la línea de ferrocarril que unía este municipio con Aguamarga (aproximadamente unos 5 de los 36 km totales de la antigua vía férrea). El trazado, que va desde Lucainena a Polopos (en las inmediaciones del cortijo El Saltador), recorre parte de la zona donde estuvo establecida la explotación minera a principios del siglo XX en esta localidad.

De incalculable belleza natural es también el ‘Peñón de Lucainena’ con una altura de más de mil metros, fue el primer punto de extracción de mineral y del que nacen dos importantes manantiales como ‘El Marchal’ y ‘La Fuente’. Además, el ‘Peñón’ ofrece grandes panorámicas de todo el valle de Lucainena e incluso, en los días claros, puede verse el mar desde su cima y el perfil de la Sierra de Cabo de Gata.

Por la calidad de sus aguas y su belleza natural destaca el ‘Barranco del Juagarí’ también llamado de la ‘Almanzarilla’ en el que nace una fuente de aguas sulfurosas que según la leyenda popular, curan todo tipo de dolencias. Una creencia que llevó incluso a la construcción de unos baños públicos alrededor de 1850.
Cierran la oferta turística del municipio, una gastronomía influenciada por el clima y los recursos naturales del lugar. Gurullos de conejo, pelotas de maíz, perdiz en guiso, potaje de calabazas, de trigo o de tortas de bacalao, sopa de ajo, olla de trigo, cocido en morcilla y gurullos, son algunas de las delicias que el turista puede degustar en su visita a Lucainena de las Torres.

El delegado de Turismo, Javier Aureliano García, insiste en “la labor que desde el Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería se realiza para la promoción y difusión de los productos y recursos turísticos que tiene el interior de la provincia”. Asimismo, ha aprovechado esta oportunidad para invitar a los propios almerienses y visitantes potenciales a conocer los enclaves privilegiados del interior de la provincia como éste.