La esperada época estival llega al destino ‘Costa de Almería’ con una tradición vistosa, alegre y con cierto aire mágico. Una celebración que engalana las playas con color, música, fuego y alegría que ya se ha consolidado como cita clave tanto para los almerienses como para los turistas, visitantes y amantes de nuestro mar. Celebrar la llegada del solsticio de verano, llena la costa de hogueras que pintan una línea de fuego que recorre la provincia de norte a sur.
A pesar de que el solsticio de verano del hemisferio norte es el 21 de junio, la noche del 23 se festeja como la más corta del año y también la más mágica.
Existen muchas tradiciones que se pueden o deben hacer durante esta noche tan especial. Dicen que si saltas tres veces sobre una hoguera, te purificas y tus problemas desaparecen. También es común lavarse la cara a media noche, con el fin de hacer desaparecer los malos espíritus o quemar en la hoguera una hoja con los deseos que quieres ver cumplir.
Una larga lista de tradiciones que no sólo se celebran a la orilla del mar, sino que también en el interior, la provincia se prepara para cumplir con la tradición y recibir al verano en contacto con el agua.
El litoral, gran protagonista
Desde Levante a Poniente, con la caída del sol, las playas comienzan a poblarse de gente que quieren aguantar hasta la medianoche, el momento en que la magia del mar llama a los asistentes para que se laven la cara y lancen los malos deseos bien lejos y el encanto de los conjuros les traiga un año repleto de suerte.
La provincia cuenta, aproximadamente, con 217 kilómetros de costa, que en esta mágica noche dibuja una sola línea de fuego salpicada por la alegría, tradición y celebraciones más populares. Entre otras, es tradicional la sardinada, verbenas y puestos ambulantes en los que la artesanía y el buen hacer de los vendedores convierten los Paseos Marítimos en espacios donde se comercia con la magia, el misterio y la ilusión.
En Roquetas de Mar, los vecinos cuentan con una doble celebración ya que la ‘Noche de San Juan’ coincide con la famosa Romería que traslada al Santo desde la barriada de las 200 Viviendas hasta la playa, donde se procede con especial solemnidad marcada con tintes festivos, al tradicional lavado de cara con el que dan la bienvenida al verano.
En la capital, Almería cuenta con importantes puntos de encuentro como son la playa de El Zapillo, San Miguel de Cabo de Gata, Retamar o El Toyo. En todos estos lugares son muchos los almerienses y visitantes que deciden disfrutar, conjuntamente con sus amigos o familiares, de la noche más corta del año cumpliendo con todas y cada una de sus tradiciones.
Adra, que cuenta con una fuerte y arraigada tradición marinera, tampoco quiere dejar de lado la oportunidad, y San Nicolás se convierte en un punto neurálgico en el que los mercadillos y la decoración típica de la noche se hacen uno, para dotar de magia a los presentes.
En la playa de El Palmeral, situada en la localidad de Mojácar, como una de las más numerosas, en la que tienen lugar múltiples actividades protagonizadas, en todo momento, por los mismos residentes o los que se desplazan desde diversos puntos de la provincia, atraídos por el potencial turístico de esta localidad. Pero no es la única de referencia en el levante almeriense. Garrucha, Pulpí y Carboneras, presentan cada año, unos intensos carteles de actividades que consiguen una altísima afluencia de turistas y visitantes.
La magia también llega al interior
Pero no hay que centrar esta noche de San Juan únicamente en la costa, sino que los municipios de interior tienen también un gran protagonismo, como es el caso de Nacimiento que suele contar con la instalación de una piscina portátil o lugares en los que la oscuridad de la noche convierte el solsticio en un momento adecuado para contemplar un cielo estrellado, coronado por una enorme luna llena.
En Huércal de Almería las Fiestas de San Juan se festejan en uno de los barrios más antiguos del pueblo, las Zorreras. Desde antiguo, los vecinos se reunían para hacer hogueras y cuando el fuego se consumía, aprovechaban las brasas para asar morcillas y renovar fuerzas para aguantar bailando durante toda la noche.
En Abla, la tradicional noche de San Juan rinde su particular tributo al agua aun estando a kilómetros de la orilla del mar con una celebración muy original. En la ‘Noche del Agua’ los vecinos salen a las calles para disfrutar echando agua a los asistentes y recibiendo con gran júbilo y alegría, la llegada del verano. Una tradición que se repite en los pueblos de la Alpujarra Almeriense con la misma intensidad que si se vivieran a la orilla del mar.