Entre la rica y variada oferta turística del interior de ‘Costa de Almería’ destacan dos enclaves que han crecido al abrigo del Parque Natural de Sierra Nevada. Beires y Almócita, dos destinos que invitan al descanso y a disfrutar de su cuidada naturaleza.

La alpujarra almeriense descubre al visitante dos enclaves que guardan celosamente la esencia más pura de la naturaleza y la herencia que ha dejado en estas tierras, su pasado andalusí

Para conocer los orígenes de Beires tenemos que viajar hasta su etapa árabe de la que quedan como testigo el Castillo Musulmán, ubicado a las afueras del municipio y declarado Bien de Interés Cultural. Pero estos no son los únicos restos arqueológicos que el visitante encontrará a su paso por Beires, en las calles de la villa, se conservan fuentes de piedra monolíticas que dan fe del culto al agua que existía en la antigüedad.

El recorrido continúa por el centro de la localidad en una visita a sus monumentos más destacados como la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia en cuyo interior guarda un valioso lienzo de Alonso Cano. Completan las construcciones religiosas, la iglesia dedicada al patrón, San Roque, y su Ermita, que comparte con los municipios aledaños de Almócita y Padules; en honor a la Virgen de los Desamparados.

Una vez terminada la visita, el turista puede disfrutar, desde su plaza principal, una bella panorámica que discurre desde la Sierra de Gádor hasta el Cabo de Gata. Paisajes en los que donde abundan los castaños y una rica variedad de fauna y flora por donde realizar rutas de senderismo hasta llegar al área recreativa de la Fuente del Nacimiento.

Por su parte, Almócita guarda en su casco urbano la arquitectura morisca en forma de judería en el barrio bajo. En cuanto a su patrimonio arquitectónico, destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia, que conjuga el estilo mudéjar con unas bellas portadas barrocas y la anteriormente mencionada, ermita de los Desamparados.

Una visita que no puede terminar sin conocer las ruinas de las minas de la Pandora y la Minilla y el poblado de las minas de la Solana, así como el aljibe de la época musulmana que en la actualidad hace las funciones de lavadero.

En cuanto a la gastronomía, Beires y Almócita comparten en su recetario la esencia de la alpujarra a través de platos como el potaje de hinojos, de trigo pelado ó de acelgas, las migas, la fritada de conejo o las tortillas de collejas. De postre, el visitante puede degustar unos deliciosos gurullos, merengues o soplillos.

El diputado de Turismo, Javier Aureliano García, insiste en “la labor que desde el Servicio Provincial de Turismo de la Diputación de Almería se realiza para la promoción y difusión de los productos y recursos turísticos que tiene el interior de la provincia”. Asimismo, ha aprovechado esta oportunidad para invitar a los propios almerienses y visitantes potenciales a conocer los enclaves privilegiados del interior de la provincia como éste.