“El terror me sirve para hablar de temas importantes, como la violencia machista, desde la metáfora. Ves la película y hay tensión y entretiene, pero si cuando sales de la sala piensas qué han querido contarme y te hace pensar, entonces hemos conseguido el objetivo. No queremos adoctrinar, pero sí que el público reflexione. Me gusta que el espectador complete la película”. Este punto de partida de Pedro Martín-Calero se visualiza con su ópera prima, ‘El llanto’, en la que “huimos de los clichés y lugares comunes del terror, queríamos actualizar el género”. De esta manera, la atmósfera de desasosiego se respira a lo largo de todo el metraje, pero no necesita el ruido de los efectos especiales, y se ofrece al público con una estructura episódica. “Las películas de terror son lineales y se pueden hacer previsible, yo quería sorprender y la estructura ayuda a descolocar al espectador”, razona.
El director presenta la película en FICAL, en la que se aleja de los tópicos de este género, y asegura que “el terror me sirve para hablar desde la metáfora sobre temas importantes”
El joven director ha presentado hoy en FICAL ‘El llanto’, acompañado de la diputada de Cultura, Cine e Identidad Almeriense, Almudena Morales, y el director de FICAL, Ignacio Iznaola. La diputada ha resaltado “la calidad de las doce óperas prima que participan en el festival” y Enrique Iznaola se ha adentrado en el trabajo del director, destacado que “aunque es una película de género, tiene elementos del cine de autor”.
Pedro Martín-Calero ha reconocido “la complejidad de producción y rodaje en dos continentes, pero la implicación de todo el equipo ha sido máxima”
La narrativa se estructura en las historias de tres mujeres, sobre las que se cebará un terror que persigue a generaciones de mujeres: Algo acecha a Andrea, pero nadie, ni siquiera ella misma, sabe lo que es. Hace veinte años, a diez mil kilómetros, la misma presencia aterrorizaba a Marie. Camila fue la única persona que pudo comprender lo que le ocurría, pero nadie las creyó. Al enfrentarse a esa amenaza, las tres escuchan el mismo sonido sobrecogedor. Un llanto.
Pedro Martin-Calero asegura que “es una película de personajes. Fue una apuesta fuerte por Esther Expósito, pero la francesa Mathilde, Ollivier y la argentina Malena Villa también tienen una trayectoria destacada. Y las tres lo hacen de manera brillante”.
Ahondado en su ópera prima, reconoce que “no quería que hubiera tensión innecesaria. Quería llevar la historia a un punto y que en ese momento trasladarlo a otro lado. Es una película de terror psicológico, pero también físico. Hay varias formas de concebir el terror en la película”.
En su faceta de guionista se ha visto apoyado por Isabel Peña, habitual de Rodrigo Sorogoyen, con la que ha compartido un guión complejo que viaja de España a Argentina. “No hay que olvidar que soy un director novel. Ya no sólo tenía que hacer una película, sino encima en dos continentes. De esta manera, mientras rodamos en España, había otro equipo con la preproducción en Argentina. Y cuando terminaba el rodaje, tenía que preparar la producción en Argentina. Fue duro. Al llegar a Argentina, había que aclimatarse y conocer a todo el mundo. Pero la verdad es que ha funcionado muy bien, y han sido dos grandes equipos. Además, me gusta que hubo un pique sano. Cuando llegamos a Argentina, tenían referencias de la buena producción aquí, y se pusieron a trabajar con entusiasmo para hacer también suya la película”.
Aunque enmarcada en el terror, el director confiesa que no es un fan desmedido de este género, aunque a la vez, reflexionando, reconoce que algunas de las películas que más le gustan tienen esta atmósfera. “Me he dado cuenta de que los seguidores del cine de terror son muy fans. Yo no era así, aunque dos de mis película favoritas son de terror, ‘El resplandor’ y ‘La semilla del diablo’. Quizás al no ser un fan tan loco del terror, he huido de ciertos lugares comunes y surge una ópera prima diferente, en la frontera entre el cine de género y autoral”.
Pedro Martín-Calera se muestra muy satisfecho del recibimiento de ‘El llanto’ por diferentes festivales y en las salas de cine, habiendo viajado por San Sebastián, Londres, Tokio, París… antes de aterrizar en FICAL.
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