La Diputación Provincial de Almería ha adjudicado la tercera fase de las obras del mítico ‘Molino del Perrillo’ de Berja. Se trata de uno de los edificios más emblemáticos del municipio, que data del siglo XIX y al que se le dará uso turístico y cultural convirtiéndose en epicentro de la actividad del municipio y de toda la comarca.
La tercera etapa de este proyecto permitirá a los virgitanos recuperar uno de los edificios más emblemáticos del municipio, que data del siglo XIX y que centrará la vida turística y cultural del entorno
Para la última fase, la Institución Provincial invertirá 1.125.222 millones de euros que concluirán las obras en los más de 1.700 m2 con los que cuenta el edificio y que se destinarán a sala de presentaciones y reuniones, zona de exposiciones, biblioteca, centro de estudios virgitanos, espacio musealizado (donde se ubicaba el antiguo molino) y zonas comunes.
El diputado de Fomento, Óscar Liria ha puesto en valor la importancia de este proyecto porque supone un punto de encuentro para sus vecinos. “Con esta inversión, Berja recuperará un importante edificio histórico que además va a llenarse de vida y de cultura durante todo el año. Gracias al diseño que se ha hecho, los vecinos tendrán una gran biblioteca, museos y salas de reuniones que permitirán contar con un punto de encuentro en el que realizar actos sociales y culturales”.
Asimismo, Liria ha destacado que “los Planes Provinciales son un motor de inversión para la provincia de Almería”. En este sentido, el diputado ha remarcado que sin el esfuerzo inversor de la Diputación los 103 ayuntamientos de la provincia no tendrían acceso a proyectos de gran envergadura como el de Berja. “Desde que el presidente de la Diputación decidió que las bajas en las adjudicaciones se descontaran de la aportación de los ayuntamientos, los municipios han ahorrado hasta 5 millones de euros y la inversión ha sido mínima, como en este caso, permitiendo avanzar en un proyecto que para el consistorio por sí mismo, le sería más complicado sacar adelante”.
El alcalde de Berja, Antonio Torres, ha explicado la última fase de las obras que en menos de un año, devolverá al municipio este edificio singular: “Esta mañana se ha adjudicado en Junta de Gobierno la tercera fase de estas obras que para Berja son muy esperadas ya que hará posible que concluyan las actuaciones que se están haciendo en este edificio. Es el más importante de nuestro municipio y con esta adjudicación, Berja va a poder disfrutar de uno de los enclaves más emblemáticos de nuestro término municipal y de toda la Comarca”.
Las obras de esta tercera fase prevén la culminación de los acabados, cerramientos, ventanas, suelos y puertas así como la carpintería interior y exterior, fontanería y climatización. También está prevista en esta última fase la conexión a la iluminación exterior y abastecimiento de agua e instalaciones especiales previstas en la puesta a punto como los equipos de renovación de aire, informática y las pertinentes instalaciones de salud y seguridad, salidas de emergencia y todas aquellas actuaciones incluidas en el plan de evacuación de los edificios públicos.
El uso previsto para este espacio es eminentemente cultural tal y como ha explicado Torres: “Queremos que sea un edificio de disfrute para los virgitanos y dotarlo de contenido turístico, cultural y social. Una de las actuaciones que se va a realizar es la recuperación del molino de agua que tenía que lo hará visitable. También se va a restaurar parte del mobiliario del siglo XIX así como la estructura típica de casa burguesa. Va a tener museos, el archivo histórico de Berja, sala de conferencias, el Centro de Estudios Virgitanos y una gran Biblioteca (es la segunda fase de las obras que abarca prácticamente la mitad del edificio y ocupará el triple de espacio que la actual)”.
Casa Molino del Perrillo
Este histórico edificio se sitúa entre las Calles Pardo y Agua del casco histórico de Berja y se ha convertido, por méritos propios, en uno de los ejemplos más monumentales de la arquitectura doméstica y burguesa virgitana.
Construida en 1863 por el rico propietario de minas y empresario Gregorio Lupión Escobar (1821-1897) el edificio ha sido desde sus inicios centro de la vida económica y social del municipio. A primera vista, lo que más llamaba la atención era su impresionante tamaño y que contaba con tantos huecos (entre puertas y ventanas) como días tiene el año.
Su ubicación, junto a una de las acequias más importantes del municipio, dotó al edificio de un molino harinero que se ha previsto rehabilitar para que el público pueda visitarlo y conocer parte del glorioso pasado arquitectónico del municipio.