‘Las Tardes del IEA’ comenzaron anoche con ‘Evolución y futuro del vino en Almería’, una actividad que congregó a casi un centenar de personas en la plaza Julio Alfredo Egea y que supuso un detallado y ameno análisis de cómo se ha transformado el sector vitivinícola en la provincia desde sus orígenes, con vinos caseros y artesanales de baja calidad, hasta la actualidad, en la que las bodegas almerienses están cosechando los más prestigiosos premios a nivel nacional e internacional, contando con una producción no excesivamente abundante, pero sí de una gran calidad.

Casi un centenar de asistentes pudieron conocer más sobre el pasado, presente y futuro del sector vitivinícola almeriense y disfrutar de una degustación de algunas de las bodegas más prestigiosas de la provincia

El responsable del Instituto de Estudios Almerienses, Francisco Alonso, dio la bienvenida a los asistentes y destacó que “esta es una idea que nació con la intención de demostrar al público de Almería lo que es el Instituto y acercarlo a través de nuestro propio espacio. El año pasado tuvo un gran éxito y este queremos dedicarlo al vecindario del IEA, ya que estamos enclavados en el centro de Almería y aquí viven reconocidos artistas y personas de renombre”.

El gastrónomo Antonio Zapata fue el encargado de introducir esta actividad destacando el revulsivo que supuso la uva de Ohanes para la provincia “ya que la dureza de su piel hacía que durara varios meses y eso facilitaba su transporte”. Zapata señaló, igualmente, la gran evolución que ha experimentado el sector y cómo está viviendo en la actualidad “un segundo salto de calidad, contando con una gran generación de enólogos”.

Alfonso Montaña, profesional del sector desde hace 15 años, analizó la actualidad de los vinos almerienses recordando que “se cuenta ya con cinco Indicaciones Geográficas Protegidas en Almería, todas alejadas del mar porque las condiciones de calidad sólo se dan a cierta altura, además, Almería tiene uno de los mejores suelos del mundo”. Montaña también recalcó cómo va evolucionando el mercado debido a que “el perfil de consumidor ha cambiado y ha coincidido con la evolución de los vinos de Almería”.

La actividad concluyó con la participación de tres enólogas almerienses abanderadas de este buen momento por el que pasa el sector en la provincia y que desgranaron el trabajo que se está realizando en sus bodegas mientras los asistentes pudieron degustar sus caldos. Cristina Calvache, de Bodegas Calvache, reconoció que “en nuestro caso la clave es la altitud, ya que tenemos las viñas entre los 1.000 y los 1.200 metros. Nuestro vino es joven y aromático, sin paso por madera, marca mucho los sabores y la acidez está muy integrada”.

Rosa Pascual, asesora enológica de Envinados, explicó la labor que está realizando esta empresa y que “abarca todo el proceso, desde la plantación hasta la elaboración, el marketing o las ventas”. En la actualidad, están ejerciendo como responsables técnicos de varias de las bodegas más prestigiosas de Almería.

Para cerrar la primera sesión de ‘Las Tardes del IEA’, Virginia Bosquet repasó la trayectoria de ‘Bodega Cepa Bosquet’, una empresa familiar de Laujar de Andarax que está contando con un gran éxito en las Ferias Internacionales. Bosquet recordó que “en Laujar hace muchos años se plantaban ocho o diez variedades en un mismo espacio y sin control ninguno, esto cambio en el año 1992 cuando vimos que el vino artesanal no tenía salida. A partir de ahí hubo unión y se empezaron a hacer las cosas bien”. En el caso de ‘Bodega Cepa Bosquet’, las claves del desarrollo de la empresa han pasado por “trabajar los 365 días del año y buscar más la calidad que la cantidad”.