La Diputación Provincial, a través del Instituto de Estudios Almerienses, ha celebrado una interesante jornada en la que ha abordado la figura de Hermann Friedrich Fischer Drews con motivo del centenario de su fallecimiento. En la actividad, consistente en una conferencia impartida por Alfonso Ruiz a la que siguió una visita guiada por el edificio, participaron medio centenar de almerienses que no quisieron perderse esta nueva iniciativa impulsada por el IEA.

Con motivo del centenario de su muerte el Instituto organizó una conferencia y visita a la Casa Palacio conocida como ‘Cortijo Fishcher’ o del Gobernador en la que participó su bisnieto

Durante el acto, además de conocer más detalles sobre la vida de Fischer, los asistentes pudieron conocer los secretos que guarda la casa palacio en la que vivió conocida como ‘Cortijo Fischer o Cortijo del Gobernador’ hoy convertido en sede institucional gracias a la visita que el propio Alfonso Ruiz realizó sobre el edificio explicando el proceso de rehabilitación que vivió.

Asimismo, la actividad contó con la participación de Peter Lennard Fischer Wilkinson, bisnieto de Hermann Friedrich Fischer quien pudo conocer la huella que sus bisabuelos (en especial su bisabuela Cecilia) dejaron en la casa construida en 1900 y restaurada en el siglo XXI por el arquitecto Ramón de Torres.

Sobre Fischer y la Casa Palacio

H. Federico Fischer Drews (1848-1918) es un nombre muy conocido por los almerienses por la vivienda familiar en la que vivió hasta 1944, el Cortijo Fischer o del Gobernador. Esta magnífica casa palacio levantada en la Avda Federico García Lorca se construyó por el cónsul danés a su llegada a Almería donde recaló a finales del siglo XIX atraído por las expectativas del comercio uvero. Logró ser vaporista (un importante exportador con capacidad para fletar barcos), vicecónsul en Almería de varios países europeos y representante de la alta burguesía local.

En 1882 se casa con Cecilia Johanne, su primera esposa, quien apenas seis años después, en 1888 muere tras un accidente montando a caballo. Fischer quiso que esta se pareciese a la residencia que la familia poseía en Almenia y recibiría el nombre de Villa Cecilia como homenaje a su difunta esposa.

Pero, en realidad, Fischer es también memoria viva de la Almería del siglo XX por la diversa funcionalidad que ha tenido el edificio, el materializar las coyunturas económicas o la exportación uvera, y especialmente su valor como ejemplo excepcional del patrimonio arquitectónico almeriense.