Las calas son uno de los principales atractivos turísticos con los que cuenta la provincia de Almería a la hora de dar a conocer su patrimonio natural. Calas como las que tiene el Parque Natural Marítimo Terrestre Cabo de Gata-Níjar representan un espacio único, en el que la naturaleza en estado virgen y protegida ofrece una belleza en su entorno medioambiental y en su fondos marinos, que difícilmente se encuentra en otras partes del litoral español.

Son muchos los turistas que vienen a nuestra provincia atraídos por su línea costera. Más de doscientos kilómetros para disfrutar de las cristalinas aguas del Mediterráneo y la brisa del mar entre las que destacan, por su carácter virgen e idílico, las Calas del levante de ‘Costa de Almería’

Podemos hacer un recorrido partiendo de la playa de San Miguel, en el conocido barrio almeriense de Cabo de Gata. Avanzamos dirección levante y pasamos las Salinas con su playa homónima, siendo al final de ésta donde encontramos La Fabriquilla, preciosa playa virgen sin ningún tipo de instalación artificial y muy limpia, con dos peculiares bares-restaurantes en los que durante el verano podrá almorzar sin ningún tipo de problema degustando un pescado de primera calidad o las mejores paellas de la zona.

Justo antes de la entrada la Fabriquilla seguimos una carretera pintoresca de enconadas curvas por la que llegamos a la Cala del Corralete, a los pies del Faro Cabo de Gata, cala con una playa de arena en su mayor parte pero con fondos rocosos que hacen las delicias de los practicantes del snorkel, aunque desprovista de servicios la cercanía de un bar-restaurante permite pasar gran parte del día sin preocuparse del avituallamiento.

Parada obligada, antes de seguir a otras calas, en el mirador del Faro desde el que se puede ver la primera cala que aparece hacia Levante, es Cala de las Sirenas, entrada al famoso y fotografiado Arrecife de Las Sirenas, con una orografía no apta para el baño pero que permite, desde el mirador del Faro, unas vistas espectaculares.

Avanzamos para encontrarnos Cala Arena y Cala Rajá que son de esas playas vírgenes alejadas de cualquier población, en un entorno natural que invita a la tranquilidad y relajación. Cuentan con arena fina y aguas transparentes donde bañarse es un mero placer. Es en Cala Rajá donde podemos divisar y disfrutar de la vista del peculiar Arrecife del Dedo.

En la línea trazada hacia el Levante, geográficamente hablando, nos encontramos Las Calas de la Vela Blanca, aunque para llegar a ellas hay que hacer un considerable redondeo y llegar por carretera hasta San José desde donde volveremos por el camino que va al Cabo, camino que permite acceder a todo un grupo de calas de enorme belleza, y donde veremos la indicación precisa para dejar el coche y bajar andando por un sendero de dificultad media, que nos permitirá divisar al fondo un grupito de calas, pequeñas y muy tranquilas.

Cala Carbón, al igual que las calas de la zona de Vela Blanca, es una playa de acceso a través de caminos de tierra, y también al igual que las anteriores se ha de llegar primero a San José para acceder a ella por el camino que va al Cabo. De origen volcánico su nombre define el contraste entre su arena fina y clara con sus acantilados oscuros. Las vistas desde esta Cala al Faro situado en lo más alto del macizo de Cabo de Gata son fascinantes. Desde este punto, podemos visitar dos calas colindantes a ésta como son Cala Chicré y Cala de la Media Luna.

Cala Chicré, a la que accedemos desde un camino en la parte izquierda de Cala Carbón, cala reseñada como nudista natural, al igual que casi todas las calas que encontramos en este enclave natural que es el Parque Cabo de Gata-Níjar, de un agua cristalina que invita a probar un chapuzón refrescante.

Por la parte derecha de Cala Carbón accedemos a la Cala de la Media Luna, lindante con la famosa playa de Mónsul, cala con una peculiar forma que le da su nombre. Como en las tres anteriores calas que hemos reseñado, su acceso es desde San José, por el mismo camino que ya conocemos hacia el Cabo. Como sus predecesoras es de origen volcánico, con unos 180 metros de longitud, flanqueada por acantilados de poca altura, tiene una arena fina y gris y con la tónica del entorno, unas aguas cristalinas en las que se aprecia un inigualable paisaje marino de algas.

Siguiendo nuestro recorrido hacia Levante podemos nombrar una serie de Calas bellísimas que muestran una peculiaridad en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, su acceso desde el mar, ya que los senderos de tierra son de difícil acceso para el público en general, podemos nombrar Cala Chica, Cala Príncipe, Cala Grande, Cala de los Amarillos….

Nuestro periplo nos lleva hasta Cala Higuera, tras pasar la playa de Los Genoveses y a la entrada del núcleo turístico de San José nos desviamos hacia la izquierda, donde una camino asfaltado nos lleva a un pista de tierra, y a poco más de 2 km llegamos a la playa de Cala Higuera, es una cala de bolos/grava con un fondo marino que nos permite bucear en un enclave único y maravilloso.

En esta zona y hasta la siguiente cala accesible desde tierra, encontramos otra vez la peculiaridad de nuestro Parque, Calas que en barco desde el mar pueden ser visitadas, como son Cala del Tomate y Cala de la Piedra Galera.
Volvemos por carretera desde Cala Higuera a San José, para proseguir hacia Levante y poder bañarnos o bucear en la Cala del Embarcadero o del Esparto, antesala de la playa del Arco, principal playa de Los Escullos y en cuyo final topamos con La Isleta del Moro.

A unos 2 km de la Isleta del Moro, en dirección a Rodalquilar, aparcamos el coche en un apartado de tierra ancho que lo permite, y andando unos 20 minutos, por un camino con buena trazada, con un desnivel medio y con un paisaje cuando menos singular, ya que no te esperas encontrar una vegetación arbolada, llegamos a la Cala del Toro, también llamada del Barranco Negro, zona con calas cercanas de espectaculares vistas al Cerro de los Lobos por ejemplo, todas en un entorno virgen y con un grado de ocupación muy bajo.

Si volvemos a la carretera hacia Rodalquilar no podemos dejar de visitar el mirador de La Amatista, desde donde podemos contemplar, a vista de pájaro, los acantilados de la Sierra de Cabo de Gata adentrándose en el mar y algunas pequeñas calas, si alargamos aún más la vista, en la lejanía destaca el Pico de los Frailes, la montaña más alta del Parque, con 500 metros de altura.

La zona de Rodalquilar cuenta también con una gran riqueza de calas. La Cala El Bergantín, anterior al Playazo de Rodalquilar, es un claro ejemplo de ellas. Es una cala de bolos (piedras redondeadas) y aguas transparentes, por lo que es aconsejable calzado específico de baño que permita andar sobre esta superficie. Para acceder a esta cala, iremos primero a la playa del Playazo de Rodalquilar (geográficamente es la continuación de esta cala en dirección a Levante) donde cogeremos un sendero por el que subiremos a la mitad del Cerro Romero y después bajaremos poco más de un kilómetro por terreno escarpado ideal para los amantes de la naturaleza.

Para la siguiente cala, Cala del Cuervo, debemos ir primero en dirección al pequeño pueblo de Las Negras y justo antes de llegar, a la derecha sale una pequeña carretera que nos lleva a esta cala, poco ancha y encajada entre acantilados, con grandes vistas panorámicas y unos fondos marinos muy interesantes.

A continuación tocamos una cala bastante conocida y fotografiada, la Cala San Pedro. La única forma de llegar a la Cala San Pedro es andando o por mar. Situados en Las Negras, el camino empieza a la izquierda y debemos seguir las indicaciones que nos llevarán hacia el norte hasta la cortijada del Estanquillo, allí aparcaremos el coche. La pista es ancha y cómoda para andar, necesitaremos una hora para la ida y otra para la vuelta. La primera parte es cuesta arriba para pasar a un camino que se suaviza andando por encima de los acantilados de la costa. En todo el trayecto no hay un momento de sombra por lo que es imprescindible que llevemos todo lo necesario para protegernos y debemos tener en cuenta que allí no encontraremos servicios. Si no queremos andar la otra opción es alquilar en Las Negras una embarcación, que por 10 o 12 € nos llevarán por mar hasta esta cala. Podemos describir la Cala de San Pedro como un excelente lugar para el baño y el naturismo con arenas mezcladas gruesas y finas, cuenta con vegetación y una fuente natural. En la misma cala podemos visitar las ruinas del Castillo de San Pedro, con una torre del siglo XVI que fue construido para defender la cala y la fuente de los piratas berberiscos. Más tarde se construyeron más estancias adosadas a la torre que se utilizaron como cárcel. En los meses de verano es una cala muy visitada pero el resto del año es un remanso de paz y tranquilidad.

Siguiendo nuestra ruta hacia levante llegamos a la Cala del Plomo y Cala Enmedio, muy recomendable la visita a ésta última para entender en su totalidad la belleza del Parque y la protección que se le otorga. Sugerimos que los detalles de acceso a estas dos calas, que por su situación podemos visitar una primero y acceder a la otra, los planifiquemos y tengamos a mano. Imprescindible el coche, desde Las Negras cogemos la carretera AL-P208 en dirección Campohermoso y a la altura de Fernán Pérez, a la derecha, encontramos una carretera local (de reciente asfaltado) que seguiremos y antes de llegar a la carretera AL-5106 encontramos una pista de tierra, en buenas condiciones para turismos, que cogeremos tomando como referencia el exquisito alojamiento de lujo “La Almendra y el Gitano”, y recorridos unos 7 km, aproximadamente, desembocamos en la Cala del Plomo. Cala amplia con arena fina y agradable al baño con orillas progresivas.

A continuación encontramos la Cala de Enmedio, a la que desde Cala del Plomo podemos acceder a pie ya que a unos 200 metros de Cala Plomo, encontramos un sendero, en dirección a levante, que trascurre bordeando por la falda una meseta que separa ambas calas. Es un camino fácil, con pendientes suaves de aproximadamente 1,5 kilómetros. Cala Enmedio tiene una playa virgen de extraordinaria belleza con arena muy gustosa, fina, dorada y sin una sola piedra. Tiene una longitud de 150 metros, además de unas condiciones para el baño óptimas y un nivel de ocupación medio en agosto y muy bajo el resto del año. Desde la playa las vistas son fantásticas incluso se puede observar el pueblo de Agua Amarga al otro lado de la bahía y, detrás de él, el cerro Mesa Roldán con su faro y castillo. A ambos laterales de la playa hay dunas fosilizadas, que a manera de lenguas de piedra que se adentran en el mar permiten a los visitantes explorarlas, y contemplar el agua cristalina por entre las piedras. Por el efecto de la erosión, en estas rocas se han formado pequeñas pozas donde se acumula el agua. Otra opción para llegar a esta cala espectacular, es seguir desde Las Negras en coche hasta Agua Amarga, allí dejar el coche en el aparcamiento de la playa, subimos por la calle Depósito y una vez pasadas las últimas casas tomamos el sendero de la izquierda, es un camino con unos 2 kilómetros y algunas cuestas.

Por último podemos finalizar nuestro recorrido visitando Cala Sorbas situada cerca de la Base de Mesa Roldan y Punta Naranja, a la que accedemos entre la carretera de Agua Amarga y antes de llegar a Mesa Roldán, nos cruzamos con una pista para recorrer a pie, que partiendo de la carretera, rodea Mesa Roldán y se introduce hacia el mar, tomamos este carril hasta que divisemos Cala Sorbas. De una belleza singular, al contemplarla da la sensación de cierta semejanza geográfica que recuerda a las Islas Cícladas, nos comenta un buen conocedor de la zona.